¿Qué es un transgénico?
Un organismo
transgénico es aquel cuyo material genético ha sido modificado en laboratorios
de un modo distinto al que lo modifica la naturaleza habitualmente. La biotecnología permite
transferir de manera segura un gen de un organismo a otro para dotar al
receptor de alguna cualidad de la que carece. Por ejemplo, hacerle resistir
mejor un tipo de plaga.
A pesar de esto, la agricultura
transgénica sigue siendo minoritaria y es importante tener en cuenta
que la inmensa mayoría de los productos modificados genéticamente que se
cultivan no llegan de manera directa al consumidor sino que son utilizados para
alimentar animales o como parte de un producto alimentario elaborado. Sin
embargo, la peculiaridad de la tecnología obliga a establecer férreos controles
"caso por caso" en aquellos países en los que se utiliza. En la
valoración de los posibles riesgos humanos y ambientales de esta práctica
reside buena parte de la polémica sobre los transgénicos y la precaución con la
que las autoridades europeas se están tomando el asunto. Aunque algunos
expertos no ven motivos para tanta parsimonia.
Durante la última
década se han realizado cientos de estudios para aclarar la viabilidad de estos
productos y todos han llegado a la conclusión de que la seguridad de las nuevas
plantas es similar a la de las tradicionales. Pero, por si fuera poco, los
controles a los que se somete a este tipo de cultivos son mucho mayores que los
que han de pasar las especies convencionales.
Algunas de las consecuencias que nadie puede calibrar son,
por ejemplo, que según fuentes de la organización Greenpeace, "nadie, ni
siquiera los expertos en genética pueden prever las consecuencias a largo plazo
de la introducción de nuevos genes en el medio ambiente". Los contrarios a
la agricultura biotecnológica creen que la introducción de especies modificadas
amenazará la diversidad genética natural, pondrá en riesgo los cultivos no
transgénicos y será una fuente de posibles daños para la salud, como alergias.
Algunas sociedades reconocen que la transgénesis no tiene
por qué ser un problema ambiental por sí, sino que su inocuidad o agresividad
depende del uso que se hace de ella. De ahí que se justifique su uso, se
desaconseje su prohibición y se inste a una regulación correcta.
Como conclusiones, podemos decir que las plagas podrán
controlarse con menor uso de insecticidas, que en el
futuro se generalizará el uso de estas modificaciones para potenciar la
resistencia a virus
o para reducir los procesos de oxidación, que ofrecerá mayor resistencia a insectos y las
modificaciones realizadas transferirán al producto características de gran
interés.
ÁLVARO ROMERO, ÁLVARO PÉREZ, ANTONIO JESÚS LAX Y BLANCA ESPALLARDO.